Rutas en bici de montaña

 

La naturaleza cura todos los males. Si, además, se acompaña de la bici de montaña, el binomio es perfecto. Despejarse, liberarse de las tensiones, recuperar la energía u olvidarse de los problemas por unas horas suponen algunos de los beneficios de esta combinación. A continuación, se ofrece una lista de las ciudades donde hacer rutas con la mountain bike para una jornada de diversión y bienestar.

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Las diez mejores rutas pedaleando con la mountain bike

España es un país con una diversidad tal que permite iniciar aventuras trepidantes por la naturaleza cada fin de semana. Descubrir rincones con encanto, paisajes increíbles y parajes salvajes se antoja una de las actividades más mágicas que existen. Estas son las mejores rutas, que contienen algunos de los escenarios que todo amante de la montaña y de la bicicleta ha de incluir en su itinerario:

1. Ruta en bici de montaña en León

La Montaña Oriental Leonesa y los Picos de Europa suponen uno de los enclaves más exóticos de la geografía española. Para explorar este territorio inigualable con totalidad, se antoja necesario emprender excursiones en más de una ocasión. Una primera toma de contacto podría tener su origen en la localidad de Cisterna en una etapa de 220 kilómetros, con salida y llegada al centro del municipio, y 6.650 metros de desnivel positivo acumulado.

El trayecto comienza paseando por la orilla del río en dirección sur hasta alcanzar El Mercadillo, una de las paradas emblemáticas del icónico Camino de Santiago y su etapa Valdinense. Este rincón es el punto de partida de una cascada de espectaculares valles hipnóticos como Riosol, Reyero, Sabero… y, por supuesto, Sajambre (con el punto de altura mínima, 620 metros) y Valdeón, estos últimos, dos de los espacios más atractivos de los emblemáticos Picos de Europa.

Cualquier estación es idónea para deleitarse con la belleza de estas vistas. Desde el mencionado Valdeón, la ubicación más al norte de esta ruta, el próximo destino es la comarca de tierra de La Reina, con pueblos como Portilla, Barriedo o Los Espejos, hacia el sur. En este pedaleo de ensueño el ciclista se topará con la hermosura del Espiguete, Valverde de la Sierra y el Valle de Prioro. El espectáculo visual se sucederá con la panorámica del macizo de Peñacorada, desde donde se accederá de nuevo a Cisterna.

Esta ruta, con una ascensión acumulada de 6.650 metros, y una altura máxima situada en Collado de Henal (1592 metros), cuenta también con otras paradas de lujo como las localidades de Primajas, Polvoredo, Lario, Ferreras del Puerto, La Red de Valdetuejar o Quintana de la Peña. No solo se trata de un trayecto de ascensiones y bajadas intercaladas, ideal para los amantes de la mountain bike, sino de un recorrido que permite al ciclista emprender un viaje turístico por una de las zonas más bellas del país.

2. Ruta en bici de montaña en Álava

El Anillo Verde que rodea Vitoria permite tener al alcance de la mano bonitos recorridos. Supone zambullirse en el bosque a un paso del bullicio de la ciudad. La cercanía del Gorbea con la capital alavesa la convierte en especialmente privilegiada, pues existe un sinfín de posibilidades de descubrir rincones inolvidables en numerosas rutas variopintas por la montaña.

La propuesta, en este caso, se centra en Opakua, donde deleitarse con los helechales y los caballos y las vacas que dan vida a este entorno de cuento cuando la nieve cae sobre él. En este caso, la Senda del Pastoreo es el nacedero de una interesante ruta de casi 35 kilómetros con un desnivel positivo de 600 metros que se inicia con unas vistas aéreas de Salvatierra. Habrá que sortear obstáculos en esta parte del trayecto antes de llegar a las encantadoras casas de pastores, situadas a la vera de las rocas de Zarraportillo. Esta mágica zona se denomina también Ciudad de los enanos.

Pedaleando hacia la izquierda, el ciclista alcanzará las campas de Legaire y la maravillosa Cueva de Iguarán, una parada para deleitar la mirada. Un reducido sendero de rocas dará la bienvenida al deportista, que creerá introducirse en un decorado épico. Y es que esta pausa en el camino propiciará una oportunidad única para explorar una bonita gruta. Eso sí, con precaución.

En este punto, situados en la ladera izquierda, se inicia el ascenso al Cromlech de Mendiluce, un recorrido sinuoso jalonado por árboles de fantasía, antes de llegar a la Cruz de Mirutegui para otorgarle de nuevo un placer a la vista. La frontera de Navarra conducirá al corredor a la Cueva de los Cristinos y de nuevo se pisará suelo alavés.

3. Ruta en bici de montaña en Salamanca

El Parque Natural de las Arribes se sitúa al noroeste de la provincia, aunque Zamora también cuenta con el privilegio de respirar el encanto de esta reserva de la biosfera transfronteriza, a la vera de Portugal. Se antoja el paraje más adecuado para disfrutar de la bici de montaña si el ciclista se propone iniciar una ruta por la provincia charra. No hay que olvidar que se trata de uno de los rincones de mayor potencial hidroeléctrico del país merced a los numerosos ríos cuyas desembocaduras coinciden en este punto.

Aquel que desee la bicicleta por encima de un paseo en barco por el río Duero ha de iniciar el recorrido en Aldeadávila de la Ribera, la localidad considerada el corazón de Las Arribes desde las visitas del reconocido autor Miguel de Unamuno. Desde aquí puede completarse un trayecto recomendable de 35,55 kilómetros con el que descubrir lo más granado de la parte salmantina de esta espectacular orografía.

Este recorrido de dificultad intermedia que se propone enlaza la mencionada localidad con otra de gran importancia en la zona, Masueco de la Ribera. La bici será testigo de caminos llanos intercalados con subidas y bajadas constantes entre campos agrícolas. El ciclista se tendrá que apear de la bicicleta en algunas zonas de tránsito dificultoso.

El Camino del Lomo de los Molinos, tomando como referencia Aldeadávila, llevará al ciclista en zig zag al Palacio del Marqués de Caballero. En dirección norte, visitará el Camino de Peña Palomera hasta cruzar el Arroyo del Canalizo, la parada anterior al bonito Arroyo de las Fontanicas. Este recorrido no tan habitual como otros establecidos en la zona, deja a la izquierda al emblemático Pozo de los Humos para llegar a varios de los monumentos de Masueco.

En esta ruta con una altitud máxima de 742 metros no hay que pasar por alto otro de los atractivos de este paraje, elMirador Picón de Felipe, desde donde contemplar la espectacularidad del Duero y muros interminables.

4. Ruta en bici de montaña en Madrid

En el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, la alineación montañosa perteneciente al Sistema Central, es posible emprender hasta una treintena de rutas, cada una de ellas con un nivel de dificultad. En este caso, se hablará de la subida al pico La Najarra, una trayectoria con salida en Soto del Real y vuelta por la Morcuera.

Se trata de un camino que suma 26,22 kilómetros con un desnivel positivo de algo más de mil metros y en el que resultará viable contemplar la fauna y flora de esta parte emblemática del centro español. La diversidad en los tramos facilita un entrenamiento especialmente completo sobre la bici. La altitud máxima se sitúa en 2.110 metros. La mínima, en 937.

El trayecto toma forma partiendo de la localidad mencionada y siguiendo el dibujo como resultado de la unión circular de los puntos que corresponden al Arroyo de los Eriales, Arroyo de San Blas, Arroyo de la Vejiga, Arroyo de la Media Luna y Arroyo del Mediano Chico. Al llegar a La Najarra, el viajero sobre los pedales disfrutará de las vistas al sur, pero también al norte, al valle de Lozoya. Se trata del último pico del extremo este de la Cuerda Larga.

Desde esta cima, y para finalizar con esta original ruta, se toma un sendero que conducirá al ciclista hasta el destino de un trayecto escoltado por pinos silvestres y robles. Por otro lado, entre la fauna que rodeará al ciclista en su aventura por esta parte de la Sierra de Guadarrama se encuentran corzos, jabalíes, tejones, gatos monteses y liebres, entre otros.

5. Ruta en bici de montaña en Valencia

Valencia no es solo sol y playa. La riqueza de esta provincia se traslada también a la montaña. El punto más elevado de la provincia se halla en la Puebla de San Miguel. Se trata del Alto de las Barracas, que suma 1.839 metros, también conocido como Cerro Calderón. Pero esta cima perteneciente a la Sierra de Javalambre no es protagonista de la ruta que se propone a continuación.

En este caso, la etapa escogida para los aficionados a la bicicleta de montaña se centra en disfrutar del Turia y de su camino fluvial. La piscina de San Antonio de Benageber supone el punto de partida de este recorrido de 21,28 kilómetros que no reviste de excesiva dificultad y que está pensado para pedalear de manera relajada. Y todo ello, a escasa distancia de la ciudad. En dirección a Ribarroja, pedaleando unos siete kilómetros, se accede al cauce del Turia. El interesado cruzará varios puentes, uno de ellos, por donde pasa la A7. Aquí hay que tomar un camino a la izquierda con destino La Cañada para girar en el mismo sentido hasta La Vallesa.

Desde este punto, tan solo quedan los últimos cuatro kilómetros del recorrido propuesto. El ciclista no tendrá duda, pues el camino está marcado hasta Benabeger en este trayecto circular con una altitud máxima de 192 metros. Los cultivos de la archiconocida e icónica huerta valenciana se suceden en este paisaje repleto de contrastes, de bonitas pasarelas y de un sinfín de bellas zonas para el descanso. Porque las paradas para respirar aire puro con calma también forman parte de las rutas de los amantes de la bici.

6. Ruta en bici de montaña en Málaga

Al igual que ocurre con Valencia, Málaga, una de las provincias más populares del país en todos los ámbitos, no significa solamente mar y chiringuitos. Su zona monumental y la vegetación interior funcionan como la combinación perfecta para los aficionados a la mountain bike. En esta ruta propuesta se podrá contemplar la hermosura de los lagos de la provincia andaluza en el valle de Hoya, un paisaje único que se quedará grabado en la mente del ciclista.

Se trata de un recorrido circular de 138 dificultosos kilómetros, partiendo de la conocida plaza de la Constitución y en cuyo trayecto aparecen enclaves como Pizarra, Alora, El Chorro, Embalses de Guadalorce, Valle de Abdalajis y Alora (por este orden), una nómina de rincones de ensueño que dan paso de nuevo a Pizarra y la capital malagueña. En este itinerario la altitud máxima se sitúa en 563 metros.

Los interesados en emprender esta fantástica excursión sobre el sillín han de saber que desde el punto de partida se toma la calle Cisneros hasta el puente Aurora. La Universidad es la siguiente parada, hasta Campanillas, uno de los nueve distritos de la ciudad. Por la A-343 se llega a Alora, la variopinta comarca del Valle de Guadalhorce, a la vera de un embalse.

La siguiente parada en este planteamiento es la aldea El Chorro, uno de los principales centros de escalada sobre roca del continente, ubicado en el Desfiladero de los Gaitanes. Se trata, además. de una zona especialmente concurrida, pues contiene uno de los paisajes más espectaculares de la Comunidad de Andalucía. A todo esto hay que añadir que esta zona está dotada de una gran importancia hidrológica, lo que eleva el interés del turista por la originalidad de la zona.

De ahí, a los embalses de Guadalhorce, parada previa de un camino sinuoso hacia el valle de Abdalajis, perteneciente a la última parte de la etapa, que desde aquí regresa a su origen. Se trata, en definitiva, de una aventura completa en la que los más curiosos satisfarán sus necesidades.

7. Ruta en bici de montaña en Granada

La Alhambra es la joya granadina por excelencia. Pero el escenario andalusí no está solo en la lista de tesoros de una de las provincias españolas con más historia, tradición y riqueza cultural. De hecho, Sierra Nevada se une a la nómina con una distinción señalada, la de erigirse como el macizo montañoso con más altitud de Europa Occidental tras los Alpes, con el Mulhacén a la cabeza.

Declarada Reserva de la Biosfera, recorrerla en bicicleta supone un deleite para los sentidos, gracias a su belleza paisajística, constituida por valles y barrancos que descienden desde las cimas de Sierra Nevada. Quizás su zona menos transitada reside en su prolongación hacia la Alpujarra, debido a las intransigentes condiciones climáticas. Además, no está cuidada. De todas maneras, es posible recorrer esta parte en mountain bike, pero hay que ser especialmente cuidadoso y acudir con el equipo necesario para evitar contratiempos.

La ruta que se plantea en este caso es la subida a La Veleta, la cuarta cumbre más elevada de España. Cuenta con un total de 3.395 metros que forman un paraje inhóspito. La salida se sitúa en Capileira, un municipio que forma parte de la mencionada comarca Alpujarra. Siguiendo el Camino de la Sierra, desde el aparcamiento, dejando a un lado el mencionado Mulhacén. El desnivel es de 1992 metros, pero resulta imperceptible, pues no existen tramos demasiado farragosos.

Por supuesto, la ascensión a la cima supone lo más duro del recorrido. Se trata de 300 metros que son un reto para los amantes de la mountain bike. Allí el ciclista se encontrará a otros viajeros que suben desde Pradoalto caminando o practicando atletismo. En la vuelta, los deportistas han de tener precaución con el fin de no perder el control. Las afiladas piedras que integran el camino provocarán molestos golpes si la bici se despeña.

8. Ruta en bici de montaña en Huesca

La mountain bike aumenta su magia cuando se transita por escenarios de una potencia como la que caracteriza a Huesca. La diversidad de la naturaleza que da lustre a la provincia permite que los asiduos a este medio de transporte puedan elegir entre un sinfín de alternativas de recorrido. Esta elección se puede tomar atendiendo a su estado de forma o a su predilección en ese momento. Es decir, el ciclista puede escoger un camino en el que además de practicar deporte sea posible hacer turismo, admirando algunos de los municipios oscenses. También puede primar en su etapa a los miradores, dejando a un lado la dificultad técnica.

Sea como sea, el interesado acertará, pues cualquier camino en esta zona supone una buena elección. En este caso, se propone una ruta de dificultad media, entre Huesca y Almudévar. Aquellos que ya conocen el trayecto aseguran que este viaje sobre el sillín resulta ideal para emprenderlo en grupo, puesto que muchos de los rincones que lo componen no revisten complicación y se pueden recorrer tranquilamente mientras se conversa.

Este recorrido suma 45 kilómetros con un desnivel de 430 metros y aconsejable en cualquier época del año, excepto en aquellas jornadas de excesivo calor y lluvia abundante. La salida de esta ruta está ubicada en paralelo a las vías del tren hasta alcanzar el monumento a la Santa Paciencia, donde el recorrido torna llano hasta la aparición del Santuario de Loreto, otro de los puntos relevantes de la provincia para el turista. Una vez allí, la bici ha de pedalear hasta la localidad de Banariés y el Castillo de Torres Secas y, desde ahí, a la paridera de Valdecabritos y al valle homónimo.

Los campos de trigo serán testigos del trayecto que conduce a Almudévar. Tras atravesar el pueblo es necesario tomar la antigua carretera de Huesca, con la Sierra Galocha a la izquierda. Como se observa, mientras se pedalea en esta ruta, la mirada contempla ricos paisajes. El Barranco de Valdabra es el siguiente objetivo. Tras visionar el embalse, hay que acercarse al castillo de Colchoné, antes de retomar la dirección a Huesca.

9. Ruta en bici de montaña en Tenerife

De accidentada orografía y diversidad ecológica, Tenerife es otra de las zonas más recomendadas para los usuarios de la bicicleta de montaña. El torrente de microclimas multiplica las caras de su vegetación, creando nuevos universos paisajísticos según la ruta que se elija para completar sobre la mountain bike. Prácticamente cada fin de semana podría escogerse un recorrido diferente al anterior, propiciando la sensación de estar en otra provincia completamente diferente.

En este caso, la ruta recomendada es la Forestal del Norte, conocida también por realizarse a caballo. Con casi 85 kilómetros, este trayecto está constituido por paradas en quince municipios situados al norte y al oeste de Tenerife. Se trata de una zona que contiene los seis espacios naturales más relevantes de la isla, desde Las Raíces, en Las Lagunetas, hasta la Pista de Montaña Cascajo, a través de Arenas Negras, al noroeste.

En la comarca de Acentejo se sitúa, pues, el origen de un recorrido que continúa por la Reserva Natural Especial de Las Palomas y La Resbala. A continuación, en el valle de Orotava se ubica la siguiente parada, conectada con La Caldera, Chanajiga y Ramón Caminero. La ruta sigue en la zona más elevada con la aparición de lugares como Los Realejos, La Guancha, El Tanque o Santiago del Teide, así como La Tahona o El Lagar. La belleza del decorado es extrema, con lo que el tiempo de ejercicio depende de la disposición del ciclista para detenerse o no a disfrutar también bajo la bici de estos paisajes de cuento.

Se trata, en definitiva, de una forma de deleitarse con la isla de Tenerife de una manera diferente y en algunos casos, más gratificante, a la habitual.

10. Ruta en bici de montaña en Cantabria

El mar Cantábrico parece uno de los lugares ideales para correr o montar en bici. Hacer deporte sintiendo el olor a salitre no se antoja una utopía. Si además se habla de una Comunidad como Cantabria, las posibilidades de bienestar aumentan, pues sus incontables zonas verdes favorecen las prácticas deportivas que pretenden el disfrute del interesado y su comodidad. De esta forma, los pinares de Liencres y sus acantilados constituyen uno de esos parajes de cuento que han de estar inmersos en toda ruta de bici de montaña que se precie por Cantabria.

Por este motivo, el recorrido elegido tiene como protagonista a la mencionada área. El trayecto circular del que se habla cuenta con 50,22 kilómetros y tiene como primera parada La Picota, a 240 metros sobre el nivel del mar. Esta montaña bicéfala se erige como el punto neurálgico de la ría de Mogro, el estuario del río Pas y el parque natural de las dunas de Liencres. Por tanto, las vistas desde su cima resultan emocionantes, con lo que el esfuerzo de los últimos metros de subida está más que justificado. La satisfacción final merece ese empujón.

Con el camino de la playa de Canallave y la playa del Madero continúa este itinerario. Pedalear junto a los acantilados convierte a esta aventura en una jornada inolvidable y en la que el ciclista disfrutará inmortalizando hermosísimos escenarios con su cámara. Eso sí, ante todo, precaución. Manejar el teléfono mientras se está subido al sillín no es recomendable. Mejor prevenir accidentes que sufrir consecuencias fatales.

La Arnía y San Juan de la Canal son otras de las playas con las que prosigue este recorrido circular jalonado por acantilados que no dejará indiferente a los amantes de la mountain bike. Es, de todas formas, solo una de las posibilidades que tiene la Comunidad Cántabra para disfrutar al máximo del deporte de los pedales. Una práctica que, a juzgar por la cantidad de aficionados que se preocupan por hallar rutas interesantes, adquiere cada vez más popularidad entre veteranos y aficionados.

Otras ciudades donde hacer rutas

El decálogo diseccionado con anterioridad solo supone diez ejemplos de provincias interesantes para descubrir subido a una bicicleta. Pero la pluralidad geográfica y la heterogeneidad que adorna España tanto en lo relativo a la naturaleza como a la monumentalidad facilitan que la lista de alternativas se multiplique.

De esta forma, Pamplona, por ejemplo, es susceptible de incluirse en una ruta de bici de montaña por Navarra de elevada calidad. El valle de Ollo, el de Sardise, así como el nacedero del Udarbe o el paseo Cendea de Olza dan muestra de la belleza de la zona. Por la cercanía de la capital navarra con Álava y Guipúzcoa, tampoco resulta descabellado establecer un trayecto en bicicleta entre según qué puntos de cada provincia. En este caso, resulta interesante el recorrido que une Pamplona con San Sebastián pasando por Andoain.

Aventura por Galicia y la vecina Asturias sobre la mountain bike

Pontevedra supone otro punto estratégico para emprender una excursión inolvidable en bicicleta. No debe faltar en esta ruta un paseo por sus encantadoras plazas ni paradas que deberían ser obligatorias por municipios de la belleza de Combarros, así como un recorrido por las Rías Bajas. Este interés resulta extensible al resto de provincias de la Comunidad. La zona de Ribadeo, en Lugo, supone uno de los parajes con los que vivir aventuras inolvidables en bicicleta.

La vecina Asturias no podía estar ausente en este cometido. Conocer Gijón en mountain bike supone una experiencia inigualable. Sus playas, sus arroyos (como el de La Ñora), sus frondosos bosques, así como su patrimonio artístico convergen en rutas en las que se puede descubrir este territorio de una forma mágica. El trazado del ferrocarril minero, los hórreos, miradores y sendas espectaculares dan lustre a numerosos recorridos de elevado encanto.

De Cáceres a Cataluña, pasando por Mallorca

Otra zona de obligada visita en bici es Extremadura. Cáceres, la tierra del olivo y el cerezo en flor, cuenta con parajes, algunos de ellos no muy concurridos, susceptibles de generar rutas relevantes. Recorrer sobre el sillín la ciudad extremeña supone todo un acontecimiento, pues en sus calles se respira monumentalidad. Los ciclistas disfrutarán al máximo partiendo del centro hacia el Valle del Jerte o Las Hurdes, dos zonas diferentes pese a su cercanía.

Tampoco defrauda Barcelona. Tomando como punto de partida la capital, son populares las etapas que tienen como destino la Sierra de Marina, Terrassa, Vic o La Roca del Vallés, entre otros. A Cataluña se unen las Islas Baleares. Mallorca se erige como un entorno especialmente valorado por los aficionados a la mountain bike, pues su clima permite disfrutar de la naturaleza en cualquier época del año. A estas alternativas se suma Murcia, otra zona rica en aventuras para los asiduos a la bicicleta. Las mejores rutas que parten de esta ciudad llevan a los participantes a lugares como el Desfiladero de Garruchal, la Sierra de los Villares, la Sierra de Altaona, la Rambla del Valle o Solana del Cerrillar.

Por otro lado, otro escenario interesante para practicar ciclismo sobre una mountain bike es Guadalajara, la salida de trayectos que conducen a las ermitas de Yunquera, el Pico del Águila, las Caras de Buendía, el Cardoso de la Sierra o la cascada del Gollorio.

La conclusión

La riqueza tanto artística como natural de España de norte a sur y de este a oeste favorece la calidad de las rutas con mountain bike. Emprender un viaje en bicicleta supone otra forma de descubrir nuevos paisajes, gentes y costumbres, dependiendo de la ciudad por la que transcurra el recorrido correspondiente. La diversidad de la flora y fauna a lo largo del país es tal que incluso los amantes más veteranos de este deporte están abiertos a nuevas experiencias en caminos inexplorados.

Subirse a una bici de montaña para deleitarse con la naturaleza, tanto en solitario como en compañía, es una opción acertada con numerosas ventajas. Entre ellas, la liberación de adrenalina y la eliminación del estrés. Además, pedalear mantiene al usuario de este medio de transporte de dos ruedas en forma. Y si esta práctica se realiza completando las mejores rutas para disfrutar sobre el sillín, aún mejor… y para cuando no estés encima siempre puedes guardarla en un soporte para bicicletas.

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